sábado, 30 de julio de 2011

contemplemos la creación: El calentamiento global: causas y consecuencias (I)

“Cada gran movimiento en la historia del mundo es un triunfo del entusiasmo” (Emerson)

P. Ángel Espino García

Había una vez un hombre avaro que había acumulado 500 millones de dólares. Se había privado de muchas cosas. Era tacaño. A nadie regalaba un solo peso, ni a las “Monjitas del Asilo”. Era feliz porque el futuro le sonreía: viajes, convivencias y comodidades. Pero un día se acercó en forma inesperada el Ángel de la Muerte y le dijo:
–Vengo por ti. Vamos a la eternidad.
El hombre avaro se quedó de una sola pieza. Suplicaba de hinojos que le diera unos años más de vida.
–Nada de eso –dijo el Ángel.
–Por favor, dame al menos tres
días para arreglar mis asuntos y a quién voy a dejar mi herencia. Han sido muchos esfuerzos. Ayúdame y te daré la mitad de mis bienes.
El Ángel contestó:
–No se puede.
–Dame al menos un día de vida para ir a confesarme.
El Ángel se mostró inflexible y, enojado, dijo:
–Te doy un minuto. Aprovéchalo.
El hombre escribió rápidamente: “A quien lea esta nota: tengas o no bienes materiales, no malgastes la vida. No acumules ilusiones. Vanidad de vanidades y todo vanidad. Busca los bienes del Cielo y no los de la tierra. A mí no me sirvieron 500 millones de dólares para comprar ni una hora de vida”.
–Terminó el minuto –dijo el Ángel de la Muerte.
Tomó del brazo al hombre avaro y lo llevó por un camino obscuro hacia la eternidad para que diera su cuenta al Creador. Conclusión: cuando muere un millonario, la gente pregunta: “¿Cuánto dejó?” La respuesta es: “todo”. Alguien más dijo: “No dejó nada. Todo se lo quitaron”.
Así en la ecología: los bosques y las selvas son destrozados para satisfacer el apetito de lucro de unos pocos y, como migajas, ofrecen un poco de empleo mal pagado a los trabajadores. Así operan varias empresas dedicadas a la madera, mientras los suelos se erosionan y se agotan los manantiales. Otro ejemplo de la depredación mundial es la Amazonia, principal pulmón del planeta. Su selva sigue siendo destrozada día y noche, aumentando el calentamiento global. En cuanto a la ecología humana, continúa la injusticia social. Se genera riqueza en el país, pero no llega la distribución al hogar de los mexicanos. Entre tanto el árbol muere y el bosque agoniza. ¿Qué heredaremos a los que vienen? ¿O esperaremos al Ángel de la Muerte? Hagamos algo por la vida. Hace ocho días vimos qué es el medio ambiente y qué perspectivas hay para el futuro. Hoy veremos algo sobre el calentamiento global y el cambio climático. El “calentamiento global” es el fenómeno del aumento de la temperatura media del planeta Tierra, tanto de los océanos como de la atmósfera terrestre, la cual ha venido aumentando en forma notoria a partir de 1960, y en forma drástica, en el 2001, agudizándose a partir del año 2005. El calentamiento global está asociado a un cambio climático generado principalmente por el efecto invernadero exagerado, que es un fenómeno que se refiere a la absorción de ciertos gases, como el dióxido de carbono, de parte de la energía que el suelo regresa por el calentamiento de la radiación que recibe continuamente. El “efecto invernadero” es bueno en una proporción adecuada para que la Tierra no se congele ni el agua de los mares se haga hielo. Pero es preocupante cuando es exagerada la elevación del calor atrapado al nivel del suelo. Ahí está el detalle: cómo disminuir en forma seria el calor del efecto invernadero. China y Estados Unidos tienen en gran medida la solución, pues son las potencias que más generan CO2, pero son los países que no reconocen la triste realidad. Bien dice el escritor Eckhart: “Si la única oración que dijéramos a lo largo de la vida fuera: Gracias, Señor Dios, por tu Creación, sería suficiente”.

HOMILIA: XVIII Domingo ordinario

Una mesa digna
Mateo 14,13-21
A río revuelto
Ante una misma situación, qué diferentes actitudes. En muchas de nuestras regiones de Chiapas el temporal no ha sido benévolo para los cultivos, en especial el del maíz. Por casualidad escuché en estos días dos conversaciones muy diferentes ante el mismo problema. Los encargados de una comunidad están previendo que no será suficiente el maíz para todo el año, y han estado solicitando a comunidades con las que tienen alguna relación que “les presten” maíz y que de alguna forma lo devolverán. Se han hecho cooperaciones para poder medio subsistir en esta época que se espera muy difícil en varios poblados. En cambio, un grupo de comerciantes ya se está frotando las manos y relamiéndose los bigotes porque, con sus contactos y relaciones, ya han conseguido tener un abasto de muchas toneladas y esperan controlar los precios y sacar jugosas ganancias “con el hambre” de los que lo necesitan.
Hambre y desnutrición
Hay quienes hacen cuentas alegres y presentan resultados positivos, pero lo cierto es que en Chiapas y en muchas regiones de nuestro México y del mundo, sigue habiendo hambre y desnutrición. A pesar de la belleza del territorio y de la riqueza en sus entrañas, tenemos muchos municipios que son considerados de extrema pobreza, con desnutrición, mortandad infantil, analfabetismo y enfermedades recurrentes. Es insultante el contraste entre los millones de gastos superfluos e innecesarios, en armas, en protección, en propaganda y ruido, mientras los niños desnutridos y las mujeres anémicas siguen desfalleciendo en nuestro territorio. Los famosos objetivos del milenio se encargan de disfrazar con tantos por cientos y proporciones medias, la realidad del hambre que se siente en el estómago y en la boca de cada persona. Y así nos enseñan que si uno gana ciento cincuenta mil pesos mensuales y otro apenas los mil pesos, tenemos en promedio que los dos ganan setenta y cinco mil quinientos pesos cada quien, pero uno se queda con toda la riqueza y el otro con toda el hambre y la necesidad. Yo quisiera creer que son verdaderas las cifras que se ofrecen y que vamos avanzando, pero en la pobre mesa (donde la hay) de miles de familias se ve cada día más miseria y menos alimentos. Y frente a un mundo de despilfarro, suenan muy actuales las palabras del profeta Isaías: “¿Por qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta?” Si lo primero es vivir con dignidad, ¿por qué seguimos las normas de un mundo tan injusto, desequilibrado y superficial?
Dar de comer
Los milagros de Jesús no tienen solamente como objeto demostrar su divinidad y su poder, encierran muchas más enseñanzas, y nos confrontan y enfrentan con las actitudes ordinarias que tomamos. Así, el milagro que hoy nos ofrece San Mateo no quedará solamente en la bella escena de la multiplicación de los panes que sació a aquella multitud, sino que nos colocará irremediablemente frente a la ola de migrantes, campesinos, obreros, desempleados, que empujados por el hambre parecen desfallecer. Simbólica y muy llamativa la nota que nos describe el momento concreto puesta en los labios de los discípulos: “Estamos en despoblado, empieza oscurecer… no tenemos más que cinco panes y dos pescados”. Ahora podríamos añadir muchas otras circunstancias que hacen difícil proporcionar alimentos a las multitudes hambrientas: la escasez de alimentos, la multiplicación de la población, el desplome comercial, y un largo etcétera que parecería disculparnos. Pero frente al hambre y la necesidad del hermano, Jesús no admite excusas: “No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer”. Jesús no acepta nuestra retirada ni nuestra indiferencia, nos mete de lleno en un problema que es nuestro y frente al cual no podemos estar indiferentes.
No dar la espalda
Los discípulos no adoptan la postura despreocupada de muchos de nuestros contemporáneos que culpan de la pobreza y del hambre a quienes la padecen. Robustecen el sistema acusando directamente a sus víctimas como lo estamos viendo en las soluciones que se proponen para salir de la crisis económica mundial. Se busca proteger a los que más tienen a costa de los pueblos pobres. Ya San Juan Crisóstomo solía decir que la división de la humanidad en ricos y pobres convierte a unos en inhumanos y a los otros en infrahumanos. Pero ahora todo lo quieren disimular con el anonimato y se piensa que nadie tiene la culpa de todas estas injusticias, como si tuvieran la culpa las leyes naturales y no fuera responsabilidad de la ambición de los hombres. Sin embargo, los discípulos tampoco se quieren hacer responsables y buscan la salida fácil: “que cada quien se rasque con sus propias uñas”, los despedimos y asunto arreglado. Jesús no permite jamás una solución que ponga en peligro a las personas, que rompa la comunidad y que propicie la injusticia. Exige a sus discípulos que asuman sus responsabilidades y que aporten lo que tienen para formar la mesa común. Jesús, ni en las peores circunstancias, claudica de su sueño y de mostrarnos que otro mundo es posible, que se puede vivir y compartir como hijos de un único Padre. Que un pan, partido y compartido, lejos de disminuir, se multiplica. En la narración se nos manifiesta muy claramente que una mesa en común, donde todos puedan satisfacerse, ciertamente es un regalo y un milagro de Dios, pero también necesita la disposición y el compartir humano.
Denles de comer
Denles de comer, es la respuesta de Jesús y no bromea. Sabe que un hermano no debe dar la espalda a su hermano y cree que la persona tiene la capacidad en sí misma para solventar los problemas que afectan el reparto de los bienes de la vida. Esa capacidad existe pero es preciso ponerla en funcionamiento. El discípulo se excusa con lo más fácil: pone la pobreza como obstáculo insalvable. Pero Jesús hace ver que ese no puede ser un impedimento definitivo para un reparto de los bienes. La dificultad está, más bien, en el corazón de la persona que se abalanza sobre la posesión y el dominio. Efectivamente, el sentido de posesión vela y oculta las posibilidades de reparto. ¿No se ponen muros para que los demás no vengan a molestarnos con su hambre y su miseria? ¿Acaso no se gasta más en armamentos y guerras que en soluciones para el hambre? ¿No volteamos la espalda con la excusa de que apenas la vamos pasando? Para Jesús no hay excusa y hoy sigue insistiendo: denles de comer.
En una mesa digna
Pero no dice que demos migajas, como a veces acostumbran los países ricos enviando desperdicios a los necesitados. Si revisamos el relato, encontramos que hay diálogo, escucha de la Palabra, mesa común; les pide que se sienten sobre el pasto, como lo hace quien es libre y que puede participar con los demás; hay la participación plena y la colaboración mutua. Se entrega todo lo que se tiene, así sea muy poco, pero también se está dispuesto a recibir; sólo esta entrega y apertura hace posible el milagro. Un milagro de aquellos tiempos, pero también un milagro actual: las palabras que nos dice Mateo nos recuerdan mucho la Eucaristía: Tomó… miró al cielo… bendijo… los repartió. La Eucaristía es la más grande expresión de gratuidad y entrega. Es el más grande milagro, pero también debe ser el más grande compromiso, va cargada con un deber social fortísimo hacia el hermano necesitado. Si no, la Eucaristía se convierte en una mentira y en una contradicción. ¿A qué nos comprometemos al participar en la Eucaristía? ¿Cuáles son nuestras actitudes ordinarias ante las necesidades? ¿Cuáles son las pequeñas acciones que estamos haciendo frente a la pobreza?

Señor, Tú que eres nuestro Creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo, ayúdanos a imitarlo y a ser coherentes con nuestra fe. Amén.

Palabra del Obispo: 475 años de la Illius fulciti praesidio


† Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia
(Domingo 31 de Julio de 2011)

El próximo sábado 6 de agosto celebraremos el 475º aniversario del Decreto por el cual el Papa Paulo III creaba el nuevo Obispado de Michoacán. El texto de ese Documento fundacional o Bula Pontifica inicia diciendo: “Asistidos por la fuerza del Aquel que es el dueño de los goznes de la tierra, que gobierna los pensamientos de los hombres y que con su providencia genera y sostiene el orden del universo, juzgamos oportuno y necesario, en virtud del oficio que hemos recibido de lo alto, intervenir en los asuntos que puedan llevar un rayo de luz a quienes viven en tinieblas, para que puedan llegar al que es la luz verdadera, Cristo Jesús”.
Y después de exponer algunas razones pastorales, dice el Papa Paulo III: “Para gloria y alabanza del Dios omnipotente y de su gloriosísima Madre, la Virgen María, con la autoridad y según el tenor de las presentes letras, erigimos e instituimos perpetuamente, al pueblo antes dicho (Tzintzuntzan) en ciudad que se llame Michoacán y su Iglesia, en la Iglesia Catedral, bajo la misma advocación que tenía (San Francisco). Será sede del Obispo que será nombrado y habrá de presidirla”.
Como primer Obispo fue presentado el Franciscano Fray Luis de Fuensalida, quien por humildad declinó tal dignidad, prefiriendo seguir con su trabajo apostólico como misionero. Fue entonces cuando la Audiencia de México presentó como Obispo de Michoacán al Lic. Vasco de Quiroga. El Papa ratificó su nombramiento, tomó posesión de la Diócesis el 6 de agosto de 1538 y luego trasladó la sede a Pátzcuaro, que entonces era considerado como un barrio de Tzintzuntzan, dedicando su nueva Catedral al Divino Salvador.
La Arquidiócesis de Morelia da gracias a Dios y desea celebrar esta efeméride profundizando en su vocación como Iglesia particular, reafirmando el compromiso de ser evangelizada para llegar a ser evangelizadora, promotora del hombre integral, como lo hizo el Siervo de Dios Vasco de Quiroga durante los 30 años de su fecundo episcopado.
La historia recorrida nos recuerda que la Iglesia se actualiza incesantemente transmitiendo la fe y convocando a sus hijos a formar parte de la familia de los hijos de Dios. En la Diócesis, comunidad congregada por el Evangelio y alimentada por la Eucaristía, Cristo mismo realiza su obra de salvación reconciliándonos por el perdón que nos da y que nos hace capaces de perdonar y amarnos mutuamente.
Al recordar este acontecimiento histórico salvífico, esforcémonos en buscar la unidad que Jesús anhelaba. En la diversidad de vocaciones, carismas y ministerios, esta Iglesia Diocesana ha de seguir cultivando la comunión fraterna que la haga aparecer como Imagen del Padre, de Cristo Salvador y del Espíritu Santo.
Iglesia Diocesana de Morelia, tienes una misión importante en medio de una sociedad fragmentada, cuando se pisotea al hermano y se ofende al Creador y Redentor de nuestras almas. No pierdas el ánimo; busca con audacia y humildad los caminos para seguir sembrando semillas de paz y de esperanza. El Espíritu te permita llegar vigorosa y renovada al quinto centenario de tu nacimiento, dentro de 25 años. Felicidades, el Señor te ama y María Inmaculada de la Salud te guía y te protege.

sábado, 16 de julio de 2011

Provincia a fondo: La crisis, consecuencia de la pérdida de dignidad del hombre


La respuesta a la crisis económica: Humanae vitae y Populorum progressio
En el origen de la crisis económica mundial hay una evolución negativa sobre la concepción de la dignidad del hombre: del hombre centro de la creación, progresivamente al hombre productor, consumidor, al cáncer de la sociedad, hombre inútil y costoso, como los ancianos.
Esta es una de las reflexiones que surgieron sobre el tema “Consecuencia de la crisis económica” que se realizó el miércoles 6 de julio en la embajada de Italia junto a la Santa Sede.
Intervinieron el profesor Gotti Tedeschi, presidente del IOR (Instituto de las Obras de Religión); el vicepresidente de la Cámara de Diputados de Italia, Maurizio Lupi; el administrador en Italia de la Santander Private Banking, Stefano Boccadoro; y el embajador de Italia ante la Santa Sede, Francesco Maria Greco.
El presidente del IOR sugirió lo que se puede leer en las entrelíneas de la encíclica Caritas in veritate. “Benedicto XVI nos dice que no tenemos que darle la culpa a los instrumentos cuando en realidad somos nosotros que los usamos mal. No son los instrumentos los que deben cambiar, sino el hombre. La medicina, la economía, etc., son instrumentos, lo que los vuelve éticos o menos es cómo los usa el hombre”.
El banquero italiano indicó que en la introducción de la encíclica, Benedicto XVI explica que el origen de la crisis está en el nihilismo dominante y en la pérdida progresiva de los valores, y en no haber tomado en cuenta dos encíclicas anteriores.
Es decir, “en el origen de esta crisis está no haber respetado enteramente la vida y dignidad del hombre (la Humanae vitae) y el tipo de progreso que el hombre debe seguir, un progreso ideal (la Populorum progressio)”.
Y criticó el actual progreso consumista y el de los últimos 30 años, y peor aún, gracias al endeudamiento. Por lo tanto, se ha ignorado –dijo– el hombre y su dignidad y se ha llevado a cabo un progreso solamente material.
Gotti Tedeschi consideró que la crisis nace de la paulatina pérdida de conciencia de la dignidad de la persona humana, lo que al final de cuentas se reduce en un problema: “Si el hombre es hijo de Dios, o es la evolución de una bacteria. Y si el fin justifica los medios y, en consecuencia, la vida no tiene sentido. La diferencia está en que, en la visión laicista, la vida no tiene un sentido sobrenatural”.

Hombre “molesto”
La consecuencia moral, explicó, es una evolución negativa de la dignidad de la persona humana: del hombre centro de la Creación se pasa progresivamente al hombre productor, consumidor, cáncer de la naturaleza, para concluir en el hombre inútil y costoso como son los ancianos.
Recordó que “se apostó al crecimiento del PIB de manera consumista, es decir, con la reducción de los nacimientos”. Así, en Italia el 12% de las personas eran jubilados, mientras que hoy lo son el 26%, y para pagar los costos fijos del Estado en una sociedad envejecida, se ha pasado de una presión fiscal del 25% al 51% hoy en día. Y el anciano no es más soportable desde el punto de vista económico. Así se está difundiendo la doctrina de la muerte moderna, la muerte responsable”.
Por su parte, el embajador italiano ante la Santa Sede apuntó a un ejemplo clásico en la relación entre ética y economía: el mercado de los bienes alimentarios.
“No hay dudas que considerar los alimentos en el mismo plano que otro producto cualquiera, como sucede con muchas industrias del agrobussines, mirando a la maximización de la ganancia, lleva a una emergencia como la que se está viviendo en escala planetaria. Se trata en este caso de reafirmar la primacía que tiene la persona humana respecto a los negocios”, afirmó.
Precisó que esto “no significa ser enemigo del mercado, pero entender que el mismo tiene que servir al hombre y no el hombre al mercado”. Consideró, entre los factores de la crisis, “la pérdida de identidad y de valores”.
El embajador Greco recordó que la encíclica Caritas in veritate indica una realidad que no excluye la ganancia, si bien la considera un instrumento para realizar finalidades humanas y sociales.
El vicepresidente de la Cámara de Diputados de Italia, Maurizio Lupi, subrayó por su parte que aún no se ha superado la crisis y, por lo tanto, es oportuno preguntarse “cuál es el juicio sobre nuestras responsabilidades”.
Y añadió que “el Papa denuncia que nuestra debilidad es no detenernos a juzgar, cuando el juicio es lo que permite no volvernos ajenos a la realidad”.
Afirmó también que en la Caritas in veritate, el Papa destruyó aquel concepto que durante años se difundió en Occidente sobre la neutralidad ética de la economía, porque el hombre debe ser la figura central”.

Menos reglas, más persona
Por otro lado, el diputado afirmó que es necesario huir también del otro extremo, del pensamiento: “Más reglas, más estado y menos mercado: es una tentación que no hay que plantearse, especialmente si entendemos que es la persona quien es capaz de salir de la crisis. El problema no es poner más reglas, sino solicitar lo mejor de la persona”.
Ejemplificó con dos empresarios del norte de Italia que recibieron una indemnización por una calamidad natural que destruyó sus empresas. Uno más anciano recibió los fondos y cerró; otro más joven, en cambio, reabrió. En el segundo caso fue, dijo, porque no podía pensar solamente a sí mismo, sino también a su familia y a los trabajadores de su pequeño pueblo.
O sea, la conciencia de un deber más grande, vale a decir “una raíz ética condiciona positivamente el desarrollo económico”.
“El desafío de fondo, por lo tanto, es reforzar el núcleo fundamental, la familia. Las políticas económicas que no miren esto dividen la ética de la economía. No es una tesis católica, si bien los católicos la proponemos con fuerza”.
Consideró que además existe un desafío educativo. No solamente leyes o ayuda económica. No se trata solamente de leyes o de ayudas económicas, sino de tener una concepción propia de la persona y de la familia y de la empresa, elementos que dan vida al fundamento mismo del actuar.
Stefano Boccadoro, administrador delegado de la Santander Private Banking, con datos en la mano sobre producto interno bruto, distribución de la renta y otros indicadores, consideró respecto a Italia (cuyos datos son similares a los de otros países europeos), que si existe una distribución de la riqueza más equitativa, se debe a la tradición católica existente.
Criticó el sistema de juicio de las agencias de rating, “que apuntan a la especulación del mercado” ignorando los números sobre el balance familiar. Y ejemplificó la situación de Italia como al de una madre endeudada con hijos ricos.
“La poca deuda de los hijos debe ayudar a las deudas de la madre, porque “mucho de esa deuda fue para ofrecer servicios sociales a precios inferiores al mercado”, concluyó.

Palabra del Obispo: Saludo a los Sacerdotes en Pátzcuaro*


† Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia
(Domingo 17 de Julio de 2011)

Doy un saludo cordial a todos, especialmente a mis hermanos Obispos Auxiliares y Presbíteros, miembros todos de esta familia sacerdotal. Los invito a que presentemos al Señor, por las manos maternales de María Inmaculada de la Salud, nuestra acción de gracias y nuestra súplica confiada.
Damos gracias con toda la Iglesia por los 60 años de ordenación sacerdotal de nuestro Santo Padre Benedicto XVI que se cumplieron el pasado 29 de junio. En un día como hoy, el 8 de julio de 1951, cantó su primera misa en su pueblo natal. El Señor lo conforte y asista en la gran tarea que le ha encomendado al frente de su Iglesia.
Acompañamos a Mons. Juan Espinoza Jiménez en estos primeros pasos como sucesor de los Apóstoles. Pedimos la luz del Espíritu Santo para él, especialmente en este servicio a favor de los sacerdotes en la Vicaría Episcopal para el Clero. Gracias, Mons. Juan por tu trabajo  generoso, gracias por haber aceptado dirigirnos hoy la homilía.
Mi felicitación a los hermanos que en este año celebraron o celebrarán bodas de oro y bodas de plata sacerdotales.  Hoy precisamente se cumplen 60 años de la ordenación del Sr. Canónigo Don Enrique Cortés y del Padre Juan Vázquez. Los felicito.  Mi deseo es que se renueve cada día en todos ellos el fervor de su primera misa.
Encomendemos al cuidado amoroso de la Virgen a nuestros nuevos sacerdotes ordenados el mes pasado. Que nunca se cansen ni se desalienten ante las adversidades. Gracias por su entusiasmo juvenil. Pedimos también por los que en estos días asumen nuevas responsabilidades al cambiar de parroquia o de oficio. Que el inicio de un nuevo ministerio sea oportunidad de una renovación personal y pastoral.
Recordemos hoy a los sacerdotes enfermos y a los que atraviesan situaciones difíciles. El Señor los consuele y la Virgen les alcance salud de alma y cuerpo. Ofrezcamos una intención por los sacerdotes que de un año para acá concluyeron su carrera terrena y ya fueron llamados a la casa del Padre. El Padre de las misericordias los reciba y recompense. Ellos, desde el cielo, intercedan por nosotros.
No dejemos de orar por nuestro Seminario y por las vocaciones sacerdotales. Que sepamos acompañar y alentar con caridad pastoral a quienes se sienten llamados. La alegría y entrega en nuestro ministerio, junto con la oración del Pueblo de Dios, será el medio eficaz para alcanzar la gracia de abundantes vocaciones y la perseverancia en la respuesta al don de Dios.
* Alocución que dirigió Mons. Suárez Inda a los sacerdotes participantes en la Peregrinación del Presbiterio de Morelia a la Basílica de María Inmaculada de la Salud, Pátzcuaro, Mich., Jueves 8 de Julio de 2011.

HOMILIA: XVI Domingo Ordinario


Primera Lectura • Sb 12,13.16-19
No hay más Dios que Tú, Señor, que cuidas de todas las cosas. No hay nadie a quien tengas que rendirle cuentas de la justicia de tus sentencias. Tu poder es el fundamento de tu justicia, y por ser el Señor de todos, eres misericordioso con todos.
Tú muestras tu fuerza a los que dudan de tu poder soberano y castigas a quienes, conociéndolo, te desafían. Siendo Tú el dueño de la fuerza, juzgas con misericordia y nos gobiernas con delicadeza, porque tienes el poder y lo usas cuando quieres.
Con todo esto has enseñado a tu pueblo que el justo debe ser humano, y has llenado a tus hijos de una dulce esperanza, ya que al pecador le das tiempo para que se arrepienta.

Salmo Responsorial • Sal 85
R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente
y todo amor con quien tu Nombre invoca,
escucha mi oración, y a mi súplica
da respuesta pronta. R/.

Señor, todos los pueblos vendrán
para adorarte y darte gloria,
pues sólo Tú eres Dios, y tus obras,
Señor, son portentosas. R/.

Dios entrañablemente compasivo,
todo amor y lealtad, lento a la cólera,
ten compasión de mí,  pues clamo a Ti,
Señor, a toda hora. R/.

Segunda Lectura • Rm 8, 26-27
Hermanos: El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen.

Aclamación •  Mt 11,25
R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre,
Señor del Cielo y de la Tierra,
porque has revelado los
misterios del Reino
a la gente sencilla. R/.

Evangelio • Mt 13,24-43
En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la muchedumbre: "El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: 'Señor, ¿qué no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?' El amo les respondió: 'De seguro lo hizo un enemigo mío'. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres que vayamos a arrancarla?'. Pero él les contestó: 'No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y luego almacenen el trigo en mi granero' ".
Luego les propuso esta otra parábola: "El Reino de los Cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
Luego despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo". Jesús les contestó: "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga".